El parque en 1988

Fotografía: Archivo Cristina Abad

Una silueta al atardecer puede evocar miles de recuerdos.

Muchos recordaréis este curioso juego infantil, pintado de muchos colores, que emitía un sonido estridente, al que había que subirse de un salto o con ayuda, y que cuando te querías bajar, te soltabas y... a ver qué pasaba...

Adrenalina en estado puro (y algún que otro descalabro). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario